La pesadilla que vive la familia de la víctima

La pesadilla sufrida por la víctima se extiende a la familia. 

Los padres de la víctima viven una continua pesadilla ante esta situación. Como padre, se siente atado de las manos por no poder socorrer a su hijo. Y el dolor más grande es el de ver como la administración se lo toma con mucha calma, incluso no se creen lo que los padres les cuentan. O casos donde la administración no les llega a dar ni la menor importancia a los hechos; Incluso sintiéndose molestos cuando reciben informes externos que reflejan el acoso escolar sufrido por la víctima. En esas situaciones los padres de la víctima viven un infierno.

Lo que yo no entiendo es: ¿A qué espera la administración para actuar?
¿Que la víctima se quite la vida?

A menudo, ante la administración, la víctima se convierte en culpable. Hay inspectores, profesores, directores, que les dicen a los padres que el niño/a es muy sensible o que los padres son sobreprotectores, y aconsejan a la familia a ir a una terapia.
Vamos a ver, ¿la víctima es sensible cuando se queja de las agresiones que recibe a diario? Pero esta víctima ¿cuánto sufrimiento tuvo que soportar antes de tener el coraje para contar lo que le sucedía? 
Para que un inspector, director o profesor ¡le llame sensible!


La primera pesadilla

 -empieza al exponer el caso al  director/a y éste/a prácticamente no le hace ni caso. Al contrario, se burla de la persona como padre e intenta convencerle que está equivocado. La poca importancia que da la administración ante estos casos provoca una pesadilla a los padres también, ya no solo la pesadilla que vive la víctima acosada.  Por estos echos, en casos así, es aconsejable denunciar  el acoso escolar desde el primer instante.

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